A hombros de gigantas

Sobre el proyecto

¿Por qué es necesario difundir su trabajo?

Durante muchos años, las mujeres han luchado por un lugar en la mesa de sus respectivas industrias. Aunque muchas han roto barreras y empujado limitaciones, ser la única mujer en la sala sigue siendo la norma en el sector tecnológico. De acuerdo con datos de la Comisión Europea, sólo 29 mujeres de cada 1000 graduadas lo hace en una carrera relacionada con la computación y sólo 4 empiezan a trabajar en tecnología.

Se dice que las mujeres han luchado porque han enfrentado y siguen enfrentando muchos desafíos para nivelar el campo de juego en la industria de la tecnología. Con un bajo número de mujeres que ocupan puestos en la informática, la falta de representación fomenta el prejuicio de que las mujeres no tienen las habilidades técnicas para cumplir estos papeles, lo que hace difícil para las mujeres jóvenes verse a sí mismas encajando en este campo. Es por esto que la representación importa. Saber de mujeres que han hecho aportaciones fundamentales en el campo tecnológico y ver mujeres desarrollándose hoy en día ayuda a consolidar su confianza y sentimiento de pertenencia, además de contribuir así a que más mujeres se interesen por este campo.

La importancia de la representación

La tecnología está dando forma a nuestro presente y nuestro futuro. Si no tenemos suficientes mujeres que contribuyan a moldear y crear tecnología, esta responderá a las necesidades de los hombres. Por tal motivo, tiene que haber diversidad en todos los aspectos. La diversidad garantiza que los productos tecnológicos sean inclusivos. Además, con el conjunto de mentes diversas en el equipo, se asegura que se pueda hacer un mejor producto. Así también, las mujeres también se podrían beneficiar de trabajar en el sector ya que los salarios son hasta un 9% más altos para ellas que en puestos similares en otros sectores.

La falta de representación de las mujeres en el sector tecnológico responde a diversos problemas. Además de los estereotipos culturales acerca del rol de las mujeres en la sociedad, también existen otros motivos por los cuales existe una subrepresentación de las mujeres en el sector.

En primer lugar, están las falsas creencias del sector. Se piensa que el sector requiere un trabajo solitario y no de equipo, monótono y que incluye largas jornadas laborales. Se podría atraer a un grupo más diverso de personas si el sector se viera como lo que es: un mundo colaborativo en donde la creatividad y el trabajo en equipo es fundamental para la creación de buenos productos.

A pesar de lo anterior, el estudio de la programación en las aulas puede ser distinto. La Asociación Americana de Mujeres Universitarias, la AAUW por sus siglas en inglés, realizó un estudio en donde descubrieron que las jóvenes expresaban su desagrado por las clases de programación por su enfoque estrecho y técnico. Asimismo, Margolis, Fisher y Miller, realizaron un estudio en donde también encontraron la preocupación de las jóvenes sobre la falta de apoyo de sus compañeros. Además, la AAUW sostiene que estas preocupaciones se descartan como síntomas de ansiedad o incompetencia que disminuirán cuando las chicas "se pongan al día" con la tecnología. Estas percepciones y actitudes encontradas en dichos estudios revelan razones por las cuales mujeres que se sintieron atraídas por la programación y decidieron estudiarla, cambiaron después de opinión y de carrera. De esta manera, dejar fuera a las mujeres del círculo cerrado que podría parecer la programación, alimenta la idea equivocada de que las diferencias de género son naturales. Refuerza la idea de que hay carreras para hombres y otras para mujeres.

En segundo lugar, las barreras internas; los estereotipos basados en género, reforzados por las instituciones, impiden el ascenso de las mujeres en la misma medida que los hombres en el mundo laboral. Asimismo, factores sociopsicológicos que no permiten que mujeres lleguen a los puestos más importantes o que provocan que abandonen el sector. El síndrome del impostor, las habilidades de negociación para puestos más altos, los valores tradicionales en donde no se propicia que las mujeres expresen su opinión, entre otras circunstancias, son factores que hacen que las mujeres dejen sus trabajos y busquen un cambio de sector.

Aunado a lo anterior, en la literatura se habla de un techo de cristal que impide que las mujeres se mantengan o asciendan en el trabajo. Dicho término describe un momento concreto en la carrera profesional de las mujeres, en la que, en lugar de crecer por su preparación y experiencia, se estancan dentro de una estructura laboral que en muchas ocasiones coincide con la etapa de sus vidas en la que deciden ser madres. También responde a prejuicios extendidos para confiar en las mujeres puestos de responsabilidad, así como sutiles prácticas excluyentes del mundo de la tecnología, como el tipo de reuniones, el corporativismo masculino o el amiguismo.

En tercer lugar, las barreras externas que perpetúan la brecha de género en el sector, como la falta de modelos a seguir y visibilidad a las mujeres. En este último punto es donde hemos visto la manera de contribuir a disminuir la brecha de género. Darle visibilidad a las mujeres que han aportado al crecimiento del sector y hacer una campaña en donde las mujeres sean las protagonistas y se reconozca su aportación, permite que otras mujeres lo vean y se sientan representadas y atraídas a participar y formar parte del mundo tecnológico.

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